Periodo de realización: 2019-2020
Proyecto: Oscar Reinares Fernández, José Manuel Martínez Torrecilla
Promotor: Ayuntamiento de Aguilar del río Alhama
Financiación: Ayuntamiento de Aguilar del río Alhama, ADR La Rioja Suroriental (Leader Plus).
Trabajos realizados: Documentación geométrica, lectura estratigráfica de los alzados, control arqueológico, restauración.
Equipo Arqueología: José Manuel Martínez Torrecilla, Nebai Callejo Astulez (Qark Arqueología), Victor Iribarren, Asunción Antoñanzas
Documentación geométrica: Precisa topografía
Documentación histórica: Salvador Remírez Vallejo
El Proyecto Cultural de Restauración del Castillo y Conjunto Rupestre de Inestrillas, en Aguilar del río Alhama (La Rioja) arrancó en 2019, impulsado por el Ayuntamiento de la localidad, con el propósito de realizar la documentación, estudio, consolidación y adecuación para el público del Conjunto Rupestre situado en el farallón de Inestrillas y del Castillo situado en la parte superior. Se trata de un proyecto a largo plazo, dadas las dimensiones del conjunto, que tratará de ir actuando progresivamente, primero para evitar la ruina del conjunto y poco a poco poder adecuar espacios para su uso cultural.
La participación de Qark arqueología comenzó con la documentación geométrica del edificio denominado “La Torre” mediante topografía clásica, como base para la redacción del proyecto de restauración. Posteriormente, ya dentro de los estudios asociados al proyecto de ejecución, Precisa topografía realizó un levantamiento mediante laser escaner de todo el farallón.
En la ejecución del proyecto Qark arqueología, además de la lectura y el control arqueológico, realizó labores de coordinación de los estudios asociados de documentación geométrica y documentación histórica.
El conjunto rupestre lo forman un gran número de estancias talladas en la roca de un farallón vertical que han tenido usos muy diversos, habitacionales, defensivos, de culto (semirrupestre es la iglesia de Inestrillas), ganadero y de almacenaje, a lo largo de una dilatada ocupación con origen en la Alta Edad Media.
Resultan destacables tres de las estructuras: la denominada “la Torre”, situada en el extremo norte del farallón, con un aspecto netamente defensivo, que parece proteger la entrada; la iglesia de la Natividad, en una posición central; y el denominado “Palacio”, una vivienda con la fachada construida y las habitaciones excavadas en la roca, que es el ejemplo mejor conservado del uso habitacional del farallón, antes de llegar a los usos residuales de ganadería menor y almacén.
Los trabajos hasta el momento se han centrado en el extremo norte, en la “Torre” y su entorno.
Tras el primer análisis de la “Torre” y dos estructuras situadas al sur de la misma podemos adelantar una secuencia relativa de la construcción y ocupación de estos elementos del farallón, a la que habrá que dotar de una cronología absoluta a partir de la confrontación de esta secuencia con los datos aportados por la documentación, estudios arqueométricos o materiales provenientes de las intervenciones arqueológicas.
La secuencia resulta muy rica en el edificio situado más al sur, en el que diferenciamos tres fases:
Fase 1: Construcción de una cueva y realización de una cubeta en argamasa para uso de almacenaje de líquidos o uso artesanal. En este momento el edificio tiene conexión con otro edificio situado inmediatamente al norte.
Fase 2: Construcción de la fachada con aspilleras de carácter defensivo.
Fase 3: Uso ganadero de la estancia, con apertura de la puerta actual y construcción de tabiques y comederos.
El edificio situado entre el anterior y la “Torre” resulta de menor profundidad estratigráfica, aunque se ha podido documentar la Fase 1, con un gran espacio tallado en la roca y probablemente abovedado, conectado con el edificio situado al sur y con la “Torre”, en este caso mediante unas escaleras talladas en la roca.
Las estructuras construidas que se conservan corresponden a la Fase 3, como conejera, pocilga y gallinero, ya separada del resto de los edificios.
La “Torre”, de neto carácter defensivo, corresponde a una construcción casi unitaria, que puede responder a la Fase 1 o a la Fase 2. También tiene un uso final ganadero, aunque no modificó sustancialmente su estructura, con escasos añadidos como la puerta.
Podemos concluir que los últimos usos, Fase 3, resultan residuales y reutilizan elementos de mucha más entidad constructiva de las fases anteriores. Para determinar bien la estructura del conjunto en estas fases, desde el punto de vista arqueológico, resulta imprescindible el estudio de toda la parte situada al exterior de estos edificios, donde pueden quedar las huellas y los fundamentos de las estructuras primitiva, que sin duda serán abordados en futuros trabajos.
En la restauración el criterio fundamental ha sido el de mínima intervención, primando la conservación estructural y el de la seguridad de los posibles visitantes, restaurando las escaleras de acceso y dirigiendo la circulación por estancias cubiertas.