Año de realización: 2009.
Trabajos realizados: Lectura estratigráfica de los alzados. Análisis documental. Control arqueológico de las obras.
Equipo de trabajo: Leandro Sánchez Zufiaurre, Cristina Novoa Jáuregui, Susana Rescalvo González, Blanca Rescalvo González.
En el año 2009, motivados por la restauración de parte de las estructuras de la parroquia de Arcaya, realizamos un análisis arqueológico de los alzados del templo. Los resultados de este trabajo fueron especialmente interesantes al identificar en la fábrica de la iglesia hasta tres etapas constructivas de cronología medieval, además de otras obras realizadas en periodos posteriores. A continuación, pasamos a describir cada una de las etapas identificadas:
Fase 1. Medieval I. Documentamos la existencia de un primer templo con planta de salón, de menor altura que el actual y seguramente cubierto con bóveda de cañón apuntada. Además había indicios claros (ménsulas pétreas en el exterior de los alzados del templo) de la existencia de una construcción de madera anexa a sus fachadas occidental y septentrional. Se trata de una obra que es en dos fases anterior a la obra del siglo XII, a la que pertenece la portada. Por ello nos inclinamos por una cronología temprana para esta primera etapa. Creemos que se trata de una edificación anterior al románico, perteneciendo la citada portada del templo a las fases siguientes. El hecho de que esta primera fase tuviera una edificación anexa de madera refuerza esta hipótesis, ya que hay numerosos casos en Álava donde se documentan en fechas tempranas este tipo de anexos. Podríamos estar ante una obra de los siglos X-XI, como ocurre con los templos alaveses de Hueto Abajo, Hueto Arriba, Zestafe y Eribe.
Fase 2. Medieval II (ampliación de la iglesia con anexo de madera). A esta segunda fase medieval pertenece una porción de muro situada al norte, en el tercer tramo de la nave. Con él amplían la iglesia hacia el este, lo que conllevaría también la construcción de una nueva cabecera, de la que no tenemos ningún dato. El muro conservaba una hilera de tres ménsulas continuando la línea de las existentes en la primera fase, por lo que vemos la persistencia de una construcción de madera anexa a la iglesia. Con las obras de esta etapa se conservó la morfología general del edificio, aunque ampliando hacia el este tanto el templo como su anexo de madera. Las obras de esta fase se pudieron realizar entre los siglos X-XI y el siglo XIII, inclinándonos por una fecha intermedia dentro de este rango cronológico.
Fase 3. Medieval III (construcción de un anexo de piedra). En este nuevo momento constructivo incluimos la portada medieval, realizada en arco de medio punto con arquivoltas. A esto se añade la edificación en piedra del anexo norte de gran altura y ocupando por completo la longitud de la nave. Presenta aspilleras y una línea de canes convexos en su lado norte. Tiene tres contrafuertes al norte por lo que posiblemente se cubriera con bóvedas, como ocurre con otros anexos en otros templos como por ejemplo San Juan de Mendarozketa. Este nuevo anexo sustituiría a la primitiva edificación de madera de las anteriores fases. Cronológicamente y teniendo en cuenta la estratigrafía y las tipologías de las obras que fueron incluidas en este momento, nos inclinamos por una datación de inicios del siglo XIII.
Fase 4. Obras de ampliación del templo y redistribución interna del anexo septentrional. Siglo XVI. Las obras más importantes documentadas en este momento son la construcción de la cabecera ochavada con cinco lados y la obra del crucero con los lados rectos, elevándose también la altura de la nave. De esta forma el templo toma en planta forma de cruz latina, cubriéndose por completo con bóvedas estrelladas de claves lisas. La iglesia se completa con la construcción de un coro alto. El anexo norte es reformado en el exterior elevándolo en altura y en el interior con una redistribución de los espacios. Se divide internamente en dos áreas, una oriental y otra occidental. La oriental a su vez consta de dos alturas, habiendo en el techo de una de las estancias de su planta baja, un artesonado decorado con motivos animales. Esta estancia se destinaría a fines nobles y la morfología de su artesonado nos recuerda a modelos del siglo XVI. A esta estancia se accedería desde el exterior por medio de un acceso en arco del que tenemos evidencias en el alzado este del anexo, aunque actualmente se encuentra casi completamente desaparecido. Por su parte, a la zona occidental del anexo norte se accedería desde el interior de la iglesia, por las escaleras construidas también para el coro alto.
Fase 5. Obras de reforma y ampliación. Finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Se construyen la sacristía, el pórtico y la torre de campanas. La sacristía, de mampostería, planta cuadrada y cubierta con bóveda de arista, se sitúa al sur de la nave, adosada al crucero sur. El pórtico se abre al exterior con tres arcos moldurados. Situado al sur, entre la sacristía y la torre. Esta última de planta cuadrada con dos cuerpos, el inferior de mampostería y el superior de sillería con cuatro arcos para campanas. En éste hay una inscripción con la fecha “1780”. En el interior de la iglesia se cambian las bóvedas del primer y segundo tramo de la nave por bóvedas de arista de ladrillo. Se sustituye el coro alto anterior por uno bajo y se realiza el maestreo de todo el templo. Por último se coloca una nueva portada que oculta, pero no elimina, la portada primitiva.
En cuanto al anexo norte, se acondiciona parte de su espacio occidental para utilizarlo como baptisterio ubicando en él la pila bautismal de cronología medieval y creando un acceso desde el interior de la iglesia. Las obras se completan con la apertura de algunos vanos de iluminación y comunicación.
Fase 6. Reformas del siglo XX. Se acondiciona de nuevo el anexo norte, sobre todo con la apertura de vanos que aportan comunicación entre los espacios e iluminación desde el exterior. Todo ello para poder utilizar parte de este anexo como txoko, dotándolo de otros servicios como baños, un granero y una pequeña sacristía. Estas últimas reformas dan al conjunto del templo el aspecto que tiene en la actualidad.
Los resultados de la lectura estratigráfica fueron esenciales para acometer correctamente las obras de restauración que se realizaron posteriormente en el anexo norte. Bajo estricto control arqueológico y teniendo en cuenta los resultados de la lectura estratigráfica se sustituyó su cubierta, se rejuntó su fábrica, se eliminó el baptisterio trasladando la pila bautismal al interior del templo, se sustituyeron las partes dañadas del artesonado y se ejecutaron otras obras menores de restauración.
El estudio arqueológico de los alzados del templo reveló unos interesantes resultados con los que inicialmente no contábamos. Poder diferenciar hasta tres etapas histórico-constructivas de cronología medieval fue algo inesperado y nos permitió documentar un fenómeno ya evidenciado en otras iglesias alavesas: la existencia de anexos de madera al norte de los templos que servían como almacén propiedad de la iglesia.
La coordinación de arquitectos, constructores y arqueólogos dio como resultado un trabajo y una documentación eficaz, evitando daños innecesarios en el patrimonio.