Año de realización: 2010
Trabajos realizados: Lectura estratigráfica de los alzados.
Equipo de trabajo: Leandro Sánchez Zufiaurre, Blanca Renedo Villarroya, Vanesa Martínez Ferreras.
Entre los años 2010 y 2011 llevamos a cabo la lectura estratigráfica de los alzados de la iglesia de San Martín de Bachicabo. Al comenzar nuestro trabajo suponíamos la gran cantidad de datos que nos podía ofrecer este templo, pero desconocíamos su riqueza estructural y la gran complejidad que albergaba.
Las estructuras más antiguas del templo se conservan al norte. Pudimos documentar dos paños de muro pertenecientes a la iglesia que ya se levantaba en el siglo XI y de la que hasta ese momento solo teníamos noticias por la documentación escrita del Cartulario de San Millán. Gracias a nuestro estudio sabemos que en el siglo XI era un templo de una única nave (seguramente cubierta con bóveda de cañón) y con la cabecera destacada.
En torno al siglo XIII la iglesia sufre una ampliación levantándose al norte una capilla. Quizás al sur del templo se levantara otra enfrentada, configurándose de este modo una iglesia con planta de cruz latina. Desafortunadamente es un dato que no pudimos certificar ya que no se documentó en los alzados ningún resto de esta posible capilla sur.
En la primera mitad del siglo XVI se edifica la sacristía al noreste y se amplía la capilla norte hacia el oeste, aunque es en la segunda mitad del siglo XVI el momento de mayor esplendor del templo. Es cuando se amplía, edificando la cabecera ochavada y extendiendo la estructura de la iglesia hacia el sur, creando así un templo de mayores dimensiones que aprovecha en parte las estructuras preexistentes.
En la segunda mitad del siglo XVII se levanta la torre al oeste de la iglesia que alberga en su parte inferior el coro, abierto al interior del templo. También en este momento se coloca el retablo de madera en el altar mayor.
Entre finales del siglo XVII y mediados del siglo XVIII se construyen dos edificios anexos, uno al oeste y otro al sur de la iglesia, que fueron eliminados posteriormente y de los que se mantienen las huellas de su existencia en el exterior de los muros de la iglesia.
Desde finales del siglo XVII hasta la actualidad documentamos una serie de obras como la reforma del coro, la creación del encajonado o la apertura de una serie de ventanas; la mayoría ejecutadas por las necesidades funcionales que van surgiendo en el templo a lo largo de los años y que configuran su estructura hasta llegar a la que contemplamos en la actualidad.