Año de realización: 2009.

Trabajos realizados: Lectura estratigráfica de los alzados. Análisis documental.

Equipo de trabajo: Leandro Sánchez Zufiaurre, Blanca Renedo Villarroya, Susana Rescalvo González.

La iglesia de San Pedro es la parroquia de Elburgo, localidad alavesa situada en la zona occidental de la Llanada Alavesa. En el año 2009 realizamos el estudio estratigráfico de sus alzados.

Gracias a nuestro trabajo, pudimos conocer su evolución constructiva y a qué se debía su peculiar morfología, con la nave descentrada respecto a su cabecera. Identificamos un total de cinco fases constructivas. Pasamos a describir cada una de sus fases, donde se incluye el proyecto inconcluso de su ampliación.

Fase 1. Edad Media. Seguramente entre los siglos XIV y XV se levantan las estructuras más antiguas que tenemos del templo y que pertenecen a la nave. Una nave recta, dividida en dos tramos, con contrafuertes exteriores. Su acceso se realizaba por el sur, aunque la portada que se conserva en la actualidad no pertenece a este momento constructivo. Desconocemos la morfología de su cabecera ya que fue eliminada en fases posteriores. De este momento conserva dos vanos: un óculo y una ventana geminada, ambos situados en el alzado sur.

Fase 2. Ampliación del siglo XVI. En este momento se producen las reformas quizás más sobresalientes en la estructura de San Pedro. Se levanta una nueva cabecera dentro de un proyecto global de ampliación del templo. Eliminan la cabecera primitiva y construyen otra más grande, con presbiterio cuadrado. Al norte y al sur se abren dos capillas más bajas y en los ángulos de la cabecera se colocan dos esquinales, el del norte con un arco en su base, seguramente como ayuda a la comunicación exterior ante la existencia de otras estructuras cercanas. Toda la obra se cubrió con bóvedas nervadas.

Dentro del proyecto de ampliación se incluía la eliminación del muro norte de la nave con el fin de ensancharla. Desconocemos por qué no se realizó; seguramente la falta de medios hizo que no se concluyera la ampliación del templo. Ante esta situación, se decidió mantener la nave con sus dimensiones, excepto en altura. Se elevó, se cubrió con nuevas bóvedas nervadas y se abrió una nueva portada. Pero la ampliación no se llevó a término respecto al proyecto inicial. Esto se tradujo en una nave descentrada respecto a la cabecera nueva y en la existencia de adarajas, preparación para acometer la siguiente fase de la ampliación de la nave, que nunca se llegó a realizar.

Fase 3. Siglo XVII. En esta centuria se levanta la sacristía, ubicada al norte y con acceso al interior del templo desde la capilla norte. También al norte se levanta ahora una estructura, posteriormente eliminada que, por el estudio de las fuentes documentales, consideramos que se trataba de un baptisterio con acceso desde el interior de la iglesia. También se dispone el retablo en el altar mayor y, por último, se modifica el coro alto que se desarrollaba a los pies del templo. En este momento se crea una edificación adosada al exterior de los pies de la iglesia, que albergaba las escaleras de acceso a este coro.

Fase 4. Siglo XVIII. En esta centuria se realizan obras variadas tanto en el interior como en el exterior del templo. En la zona sur se levanta un pórtico y en el extremo suroccidental una torre para campanas. La obra de esta última se aprovecha para albergar en su interior las escaleras del coro alto, que se modifica ahora definitivamente. Bajo el coro se sitúa la pila bautismal, por lo que el baptisterio anterior se inutiliza y termina por eliminarse. Esto hace que se pueda abrir una nueva ventana en el alzado occidental de la sacristía.

Fase 5. Finales del siglo XVIII-siglo XX. En este último momento se realizan una serie de obras que, aunque en principio cambian el aspecto del conjunto de la iglesia, actualmente no suponen una gran modificación ya que algunas de las estructuras han desaparecido. En el exterior, en el extremo suroriental de la cabecera, se levantó un edificio anexo. Era la escuela que posteriormente fue derribada y de la que únicamente tenemos las huellas de su primitiva existencia. Además se crea un marco pétreo para la portada, a la que se dota de un aguabenditera; también se dispone un cortafríos en el interior, se abre una nueva ventana en la sacristía y se crea un pequeño anexo en el exterior del alzado occidental. Las obras en el templo culminan con la colocación de una nueva cubierta.

El estudio arqueológico realizado en la iglesia de San Pedro de Elburgo nos permitió conocer su evolución constructiva y comprender su curiosa morfología motivada por una ambiciosa ampliación que, seguramente ante la falta de dinero, tuvo que dejarse inconclusa.